Unos 50 años atrás, el gobierno estadounidense creaba una división psíquica de espías capaces de ver lo que sucedía en otro lugar del planeta solo con la mente. La visión remota era algo primordial para los militares de los Estados Unidos.
Durante años ha habido trabajos extrañas en los Estados Unidos de los que pocos han oído hablar. Se trata de ser los conocidos como remote viewer. En otras palabras, expertos en “visión remota”.
Este término militar se aplica a las personas que pueden “ver” objetivos militares a grandes distancias sin necesidad de satélites espías avanzados. Este término acuñado se usó para enmascarar a todos los psíquicos que trabajaban para el servicio secreto. Entre todos estos militares psíquicos destacó Ingo Swann, el creador del término visión remota.
Swann, que era de origen escandinavo declaró en varias entrevistas que “sin su ayuda, Estados Unidos no podría haber reunido un equipo de televidentes remote viewers. Se sometió a cerca de 7.000 experimentos de telepatía y unas 5.000 pruebas de psicocinesis (mover objetos a distancia).
Swann y la visión remota
El término apareció por primera vez en relación con los OVNIS a principios de la década de 1990. En 1995 la prensa comenzó a cubrir el tema. En noviembre del mismo año, el programa de televisión ABC Nightline entrevistó por primera vez al ex agente de la CIA Robert Gates. Informó que las agencias de inteligencia invirtieron más de 20 millones de dólares durante 16 años en la investigación que vincula a los psíquicos con los viajeros astrales.
naciones del bloque soviético estaban experimentando con “aplicaciones de energía psicológica”, una tapadera para cubrir sus estudios sobre la percepción extrasensorial y el espionaje.
El primer estudio se realizó en el Instituto de Investigación de Stanford donde algunos de los seleccionados fueron capaces de describir algunas localidades seleccionadas como ”blancos” experimentales. Ingo Swann fue uno de ellos y acabó entrenando a personas comunes para que desarrollaran estas habilidades.
Se entrenó a grupos de estudiantes seleccionados por la CIA y la NSA para determinar si, como se temía, los rusos estaban espiando a occidente.
Inicialmente, las pruebas se desarrollaron a un ritmo lento, pero luego el mismo proyecto fue demasiado lejos y perdió credibilidad rápidamente. Su tasa mínima de aciertos en ejercicios de observación remota era menos del 65% en ese momento, pero se superó durante los años.
Alex Chionetti, discípulo de Swann, sería quien en el año 2001 liberaría toda esta información para el mundo hispanohablante. Swann era muy reacio a las entrevistas pero al ser cercano a Chionetti, consiguió que hablase en una.
Chionetti preguntó si la investigación de la visión remota en el Instituto de Investigación de Stanford fue ética, a lo que Swann respondió que ”la tecnodefensa está al margen de la ética”.
Swann dijo también en varias ocasiones que nada escapó de su control. Los experimentos estaban milimétricamente calculados.
A la pregunta de : ¿Tan fiable es la información obtenida mediante visión remota? Swann respondió lo siguiente:
Lo normal, sin entrenamiento, es que entre un diez y un veinte por ciento de la información que se recoja sea precisa. El ochenta por ciento restante será ruido, imaginación o desinformación. Si uno logra una señal en un ochenta por ciento certera, tendremos una visión remota positiva. Si los porcentajes se invierten, estaremos perdiendo el tiempo.
Swann y los extraterrestres
Chionetti le preguntó a Swann qué experiencias OVNI y extraterrestres había tenido. Confesó que en diversas ocasiones en Stanford, había recibido sobres de tipo oficial con imágenes de satélites espaciales y luces. El origen de las luces era desconocido y los militares temían que no fueran de origen soviético y sí extraterrestre.
También explicó que en una ocasión fue abordado por una mujer rubia con grandes curvas que llevaba un ajustado y corto vestido. Ésta le confesó que era extraterrestre y de origen artificial, es decir, androide. Tiempo después fue contactado por un agente llamado Axelrod, que le advertiría de los peligros de esa mujer. Una limusina llegó para recogerlo y trasladarle a otro lugar.
Me llevaron a un hangar donde no parecía haber nadie, solo una especie de prototipo de avión similar a un transbordador. La nave despegó en silencio y en pocos minutos estábamos en la estratosfera. Después de circunvalar dos veces la Tierra, pude reconocer que nos encontrábamos sobre Alaska.
Según Swann fueron a ese lugar para apreciar como un OVNI que solía frecuentar la zona, se encontraba succionando el agua de un lago. Axelrod gritó que habían sido descubiertos y que estaban bajo ataque. Otro OVNI apareció del cielo lanzándoles rayos e hiriendo en un brazo a Swann.
Tras este encuentro, Ingo Swann empezó a concluir que en nuestro planeta habitan extraterrestres de los cuales muchos son androides.
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