La CIA usaría a famosos a día de hoy como Britney Spears o Bad Bunny para controlarlos mentalmente con drogas, hipnosis y otras técnicas.
La CIA tiene tras de si una serie de proyectos atroces y acciones perturbadoras. El proyecto MK Ultra es sin duda uno de ellos, y uno de los más significativos de la historia de los Estados Unidos. Todo esto ocurrió en la Guerra Fría pero a día de hoy podría estar infiltrado dentro de la cultura pop.
La historia del proyecto
Tras la Segunda Guerra Mundial se desató una Guerra Fría entre el bloque occidental liderado por Estados Unidos, y el bloque del Este liderado por la Unión Soviética.
El objetivo del proyecto era descubrir la forma de controlar las mentes y utilizar dicha tecnología para conseguir que los prisioneros rivales les confesasen en los interrogatorios todo lo que ellos quisiesen sonsacarles. Esta técnica sería mejor que la tortura.
Esas son las bases que marcaron el inicio del ilegal y poco ético proyecto del MK Ultra. En ningún momento se llegó a considerar como un proyecto ‘completado’ ni alcanzó las expectativas que en un inicio tenían.
Lo que sí consiguieron fue provocar a los pacientes utilizados a modo de conejillos de indias severas lesiones incluso en algunos casos la muerte. Ninguno de los pacientes mostró consentimiento alguno para que les realizasen las pruebas.
Tarde o temprano la verdad saldría a la luz, y provocó uno de los mayores escándalos de la historia de los Estados Unidos, que tras verse hasta arriba de demandas y críticas de la opinión pública, decidieron cancelarlo en 1973.
El LSD, la droga de la verdad
Para la CIA, el LSD era la droga perfecta para utilizar como suero de la verdad. También utilizaron otras como la morfina, el cannabis o la heroína pero el LSD era la favorita de la agencia. Consideraban que cualquiera que la consumiera confesaría hasta la última palabra de lo que sabía mientras estuviera bajo los efectos de ésta, incluso si el recuerdo se encontrase en las capas más profundas de su subconsciente.
Los experimentos realizados también contaban con sesiones de electrochocks y días en el que el sujeto estaba drogado y durmiendo constantemente. Con el paso de las semanas habría borrado todas sus emociones y recuerdos por completo.
De esta forma lograron crear una manera de eliminar la personalidad de alguien para inducirle nuevos comportamientos y pensamientos después.
También emitían sonidos a una frecuencia determinada que provocaba conmociones cerebrales. Esto lo utilizaban ya que a lo largo del tiempo lograban borrarle la memoria al paciente.
Las víctimas y sus experiencias
El escritor Ken Kesey autor de One Flew Over The Cuckoo’s Nest, se unió al MK Ultra por su interés en el consumo de drogas. Unas décadas después cuando descubrió toda la verdad fue definido por el como el infierno en la Tierra:
No fue creado para ayudar a sanar a los pacientes con problemas mentales, sino para volver locas a las personas, debilitarlas y también con el propósito de quedar bajo el control absoluto de alguien más.
Declaró Kesey.
El abogado de Sirhan Sirhan, asesino de John F. Kennedy aseguró que su cliente fue tratado bajo las técnicas de control mental del MK Ultra.
¿Por qué utilizaría la CIA a famosos para el MK Ultra?
El principal motivo sería porque gracias a su influencia sería la forma más sencilla de llegar a un público muy amplio de personas. Simplemente hay que decirle al famoso que debe inculcar, y en pocos días millones de personas lo tendrían interiorizado.
La gente poderosa de las élites serían quienes contactarían a los famosos ofreciéndoles fama y dinero a cambio de ser programado por el MK Ultra.
Britney Spears: el MK Ultra y su colapso nervioso
Según las teorías de la conspiración Britney Spears sería el ejemplo perfecto de alguien sometida al MK Ultra a base de vivencias traumáticas. A menudo sus letras hablan de temas de control mental como la soledad, pérdida del juicio, sentido o memoria.
En la canción Born To Make You Happy lleva puesta una camisa con mariposas Monarca, una posible referencia al programa Monarca de control mental, una técnica de las élites para sexualizar e industrializar a jóvenes estrellas.
En 2007 Britney entró a un salón de belleza pidiéndole a la estilista que le rapara el cabello. Ésta se negó y ella misma tomó la maquinilla y se lo cortó. Tras preguntarle porqué lo hizo aseguró que estaba cansada de que todos quisieran enchufarle cosas y tocar.
En la clínica de rehabilitación donde ingresó en Malibú dejó a todos con la boca abiertas cuando anotó un 666 en su cabeza y aseguró ser el anticristo.
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