La intrigante paradoja de Fermi ha fascinado a los astrónomos durante décadas. En resumen, si el universo tiene casi 14 mil millones de años, ¿por qué no hemos detectado civilizaciones alienígenas?
¿Dónde están los extraterrestres? Se han planteado numerosas teorías para resolver este enigma, pero pocas resultan tan inquietantes como la teoría del bosque oscuro.
Esta hipótesis sugiere que las civilizaciones extraterrestres se mantienen ocultas deliberadamente. A diferencia de los humanos, cuyas transmisiones de radio se han esparcido por la Vía Láctea, estas sociedades han decidido que revelar su ubicación es un riesgo demasiado alto, ya que podrían atraer a vecinos hostiles.
Es una teoría impactante que ha cobrado relevancia con la adaptación de Netflix de la trilogía El problema de los tres cuerpos de Cixin Liu. Pero, ¿es esta una respuesta válida a la paradoja de Fermi? A pesar de su popularidad, algunos expertos consideran que la hipótesis del bosque oscuro es una de las menos probables.
Aunque es posible que algunas civilizaciones estén ocultándose por miedo, no parece razonable que todas lleguen a la misma conclusión. Como explica Moiya McTier, astrofísica y autora: «En la Tierra no todas las culturas reaccionan de la misma manera. Algunas sociedades extraterrestres pueden ser cooperativas, mientras que otras podrían ser más agresivas o pacíficas. Si alguna de ellas decide contactarnos, esa oscuridad cósmica podría iluminarse como una señal de advertencia.
Sin embargo, todo sigue siendo especulativo, ya que aún no tenemos pruebas definitivas de vida extraterrestre inteligente. Quizá todas las civilizaciones se estén ocultando, o tal vez exista una amenaza en las profundidades del espacio que aún no hemos percibido.
Los argumentos a favor de la teoría del bosque oscuro
La paradoja de Fermi fue planteada por el físico Enrico Fermi en 1950. La premisa es simple: el sistema solar tiene 4.600 millones de años, mientras que el universo tiene unos 13.800 millones. Esto debería haber dado suficiente tiempo para que otras formas de vida se desarrollaran y se volvieran lo suficientemente avanzadas como para explorar otros planetas. Sin embargo, aún no hemos detectado ninguna señal de estas civilizaciones avanzadas.
«Hay tantas posibles soluciones a la paradoja de Fermi», señala McTier. ¿Es el espacio tan vasto que las sociedades alienígenas aún no han llegado a nosotros? ¿Se autodestruyen antes de volverse interestelares? ¿Somos la única civilización en este rincón del cosmos?
Una de las explicaciones es que esas civilizaciones extraterrestres están ahí, pero se esconden por miedo a ser destruidas. Este miedo ha sido un tema recurrente en la ciencia ficción, y Liu popularizó la idea en su libro de 2008, describiendo el universo como un «bosque oscuro» donde cada civilización es como un cazador armado y temeroso, dispuesto a eliminar cualquier amenaza potencial.
Desde un punto de vista evolutivo, el miedo puede ser una ventaja, ya que puede salvar a una sociedad extraterrestre de un peligro real.
Los argumentos en contra de la teoría del bosque oscuro
A pesar de su atractivo, la hipótesis del bosque oscuro tiene varios problemas importantes. El más evidente es que sería extremadamente difícil para una civilización avanzada ocultarse por completo. Las señales de radio de la Tierra ya han estado viajando por el espacio durante décadas, lo que podría ser detectado fácilmente por una civilización cercana.
Seth Shostak, astrónomo del Instituto SETI, señala que incluso si comprendemos los posibles riesgos, es improbable que apaguemos todas nuestras transmisiones.
No hemos considerado seriamente dejar de emitir señales porque pudiera ser peligroso.
Dice Shostak.
Incluso si una civilización alienígena intentara ocultarse, podría no ser completamente exitosa. Algunas podrían tener tecnología avanzada para silenciar sus emisiones, mientras que otras podrían seguir enviando señales sin darse cuenta.
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Además, la vastedad del universo hace que la competencia entre civilizaciones sea improbable. Las distancias entre los planetas habitables son tan enormes que es difícil imaginar que diferentes sociedades sientan la necesidad de enfrentarse entre sí por recursos.
¿Y si el bosque oscuro es real?
Aunque la hipótesis del bosque oscuro parece poco probable, no se puede descartar por completo. Un escenario más aterrador sería que alguna civilización avanzada haya decidido eliminar sistemáticamente cualquier otra forma de vida que encuentre.
Como sugiere Ian Crawford, científico planetario de la Universidad de Londres: «Si una civilización tecnológica ha estado destruyendo cualquier forma de vida que encuentre, eso explicaría la paradoja de Fermi». Esta teoría implica que quizás las civilizaciones extraterrestres son extremadamente raras, no porque se oculten, sino porque han sido aniquiladas.
Quizá nuestro universo parezca silencioso porque la vida es extraordinariamente rara. O tal vez estemos solos porque otras civilizaciones se autodestruyen al alcanzar niveles de desarrollo peligrosos, como ocurrió con la invención de las armas nucleares en la Tierra.
Al final, la verdadera respuesta a la paradoja de Fermi podría ser aún más aterradora: no los vemos porque ya no están ahí.
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