Muchos supuestos abducidos por platillos volantes aseguran haber encontrado misteriosos implantes dentro de sus cuerpos. Todos coinciden en que son elementos muy pequeños y metálicos que no tenían en sus cuerpos antes del encuentro OVNI.
En este caso, Terry Lovelace encontró unos extraños implantes en su pierna tras realizarse una radiografía.
Lovelace, trabajaba como médico de emergencias de la Base Whiteman de la fuerza aérea estadounidense. Su oficio consistía en preparar la ambulancia en el caso de que surgiera un accidente. Algo de tiempo después se licenció en derecho y pasó a trabajar en la Fiscalía General del Estado.
Estos hechos hacen que la seriedad de sus trabajos y su cargo le den veracidad a su testimonio ya que realizando este tipo de declaraciones públicas podría suponer el despido de su puesto de trabajo.
El testimonio de Lovelace
Tal y como el cuenta, una noche de 1977 su compañero de trabajo en la guardia nocturna le propuso hacer una escapada a un parque nacional cercano para ver las estrellas. El plan consistía en acampar en el lugar para visionar el cielo nocturno. A Lovelace, que se acababa de comprar una cámara fotográfica le pareció una idea genial para estrenarla.
Devlil’s Den (La Guarida del Diablo) fue el lugar escogido por ambos para realizar la acampada. Mientras se dirigían en el vehículo hacia el lugar, Lovelace se dio cuenta de que se había dejado la cámara olvidada en la encimera de la cocina, un detalle fundamental más adelante.
Ambos compañeros tomaron la decisión una vez llegados al destino de establecerse en una meseta salvaje en la cual la acampada estaba terminantemente prohibida. Fue ahí en una de las noches donde observaron varias luces en el cielo en forma de triángulo que cada vez veían más próximas.
Cuando ya las tenían suficientemente cerca se dieron cuenta de que no eran luces independientes sino que se trataba de un único objeto de grandes dimensiones de unos 20 metros de tamaño y de forma triangular. En ese momento empezó el factor Oz.
¿Qué es el factor Oz?
El factor Oz son un conjunto de cambios producidos en presencia de un fenómeno OVNI. Los más comunes son los cambios ambientales como por ejemplo, lugares con mucho ruido que se quedan en silencio, factores ambientales como el viento que de repente cesan, etc. También podrían ser cambios personales como hormigueos, sensaciones de presión, náuseas, etc.
Retomando el testimonio
Volviendo a la historia de Lovelace, según el narra el factor Oz producido fue que el bosque se quedó totalmente en silencio. El aire que movía las ramas cesó de golpe. Ambos compañeros entraron en un estado de nervios hasta que de un momento a otro entraron en un estado apático en el que les dejó de importar el objeto y cayeron mareados al suelo, durmiéndose.
Unas tres horas después, ambos testigos se despertaron y vieron como el misterioso objeto seguía estático a unos metros del suelo cerca de su tienda de campaña. Unas pequeñas figuras de forma humanoide de escaso tamaño correteaban de un sitio a otro.
Poco después el objeto empezó a emitir un haz de luz blanca que hizo que los pequeño seres se fusionaran con ella desapareciendo del lugar. Cuando todos desaparecieron, el objeto no identificado de marchó.
Justo después, el estado de nervios volvió a ellos y rápidamente recogieron sus pertenencias, dejándose olvidadas algunas donde aparecían sus nombres, y se marcharon del sitio.
Ambos se encontraban deshidratados y con quemaduras por todo el cuerpo, así que decidieron dirigirse al hospital de la base donde trabajaban.
¿Hombres de negro?
Durante su estancia en el hospital aparecieron dos hombres vestidos con trajes negros que afirmaban ser trabajadores de la Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea.
Uno de ellos le exigió a Lovelace que le entregara su cámara de fotos para poder ver las fotografías que había tomado del lugar. Él les contó que se había dejado olvidada la cámara en su casa y que no se la llevó a la excursión.
Los hombres no le creyeron e indicaron que ya habían registrado toda su casa buscando el carrete.
En sus declaraciones, Lovelace asegura que estuvo más de diez años con pesadillas constantes del evento, y que estar en grandes espacios abiertos le producían ansiedad. Su compañero cayó en el alcoholismo.
Años después, en 2012, Lovelace empezó a salir a correr como afición y para ganar algo de resistencia. Se fijó en que siempre que llegaba a la marca de 3km, una pequeña zona sobre su rodilla derecha se entumecía. Lo curioso es que siempre le pasaba a los tres kilómetros. En ese momento decidió hacerse una radiografía para examinar la zona.
En la vista lateral se podía observar un elemento metálico con forma de pétalos. Ningún médico pudo determinar cómo llegó ese extraño objeto a ese lugar ya que no contaba con ninguna cicatriz o indicios de cirugía.
Este hecho fue el detonante para contarle al mundo su historia.
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